Querido “Gran Espíritu”:
Podemos sentir tu presencia ante nosotros cuando somos desafiados por personas y fuerzas que nos hacen daño y tratan de separarnos de nuestra conexión contigo. Sabemos que debemos ser firmes en nuestra fe y confiar en que estamos dentro de la protección de tu amor por nosotros, ungidos, bendecidos y cubiertos. Sabemos que no hay ningún momento en nuestra experiencia de vida en el que estemos verdaderamente desconectados de ti, porque nos amas incondicional y eternamente. A veces podemos caer entre las grietas y los escollos que son parte de la vida, pero tenemos una confianza interna de que nos atraparán si caemos, o si hay una interrupción en la línea que intente amortiguar nuestra conexión con ustedes, nos escuchan de cualquier manera.
Nuestra vida está llena de la bondad y la belleza que nos has provisto, incluso cuando a veces sentimos que las cosas parecen estar fuera de control y más allá de nuestro alcance. Estás tan cerca como el aliento que respiramos y el latido de nuestro corazón. Nos ves en todos los aspectos de nuestra vida e incluso cuando nos olvidamos de orar por ayuda u orar por respuestas a nuestros problemas, respondes en nuestro mejor interés, en tu tiempo, justo a tiempo y con la mejor resolución para nuestra vida. Tenemos que dirigir nuestra vida con y a través de la fe, porque no hay otra manera de realizar nuestro “propósito divino” sin la mano del “Gran Espíritu” que nos guía y nos guía a lo largo del camino.
Este es el momento de ser convencidos en nuestra fe de que estamos siendo cuidados con amor y compasión intencionales porque el mundo está operando en una vibración negativa que nos llama a cada uno de nosotros a elevarnos en nuestra fe en el poder del “Gran Espíritu” y elevar colectivamente la vibración hacia los cielos. Con y a través del “Gran Espíritu” todas las cosas buenas son posibles.
¡Ashé! ¡¡Ashé!! ¿Ashé!! ¡¡¡¡Amén!!!!

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