
todo porque en realidad somos inquilinos de las creaciones de Dios.
¿Qué hago?
¿Qué opino?
¿Cómo navegaré por mis principios y mi fe?
¿Qué hago frente a darme cuenta de que los valores, principios, ética y moralidad de mis padres, antepasados y madres ya no existen y, en consecuencia, perdieron su valor en una tierra perdida y que en realidad ya no sirve a aquellos que pensaron un día como la “tierra prometida” de justicia, libertad, igualdad, inclusión, diversidad, ética y compasión? sería esta tierra de Democracia.
¿Qué espero ahora de mi hija, una mujer joven en un campo que ya es un desafío, ya que arriesga su vida para servir y proteger?
¿Qué les enseño a mis nietos sobre cómo ser sinceros, honestos y respetuosos consigo mismos y con los demás que merecen su respeto?
¿Verán el valor de vivir una vida moral y justa si los líderes de su patria están desprovistos de cualquier carácter moral y legal, sino que están inmersos en su propio interés construido sobre mentiras, engaños, codicia por el poder y el dinero?
Conozco a los antepasados, a los que escribieron nuestra Constitución, a los esclavos que construyen física y espiritualmente los edificios de este país, a los inmigrantes que han venido de lejos y de cerca para contribuir con sus mareas y dones para mejorar y enriquecer una tierra que ellos también pensaron que sería un lugar no solo para sobrevivir, sino para prosperar, se pierden en el polvo de la tormenta del odio y el racismo.
Tanta esperanza y ahora tanto miedo.
Nuestros sentimientos de desesperación no es en lo que debemos caer aquí.
Debemos resistir el lodo y la minuatia que llena el aire que respiramos y redirigir las prioridades de nuestra experiencia vital. No hay hombre en la tierra que tenga el poder de infringir nuestra alma.
La expresión de nuestra alma está protegida por el Gran Espíritu que lo ve y lo sabe todo.
Profundizar en nuestro propio crecimiento espiritual.
Mantener nuestros ojos abiertos y nuestras mentes alerta, pero estar en este mundo y no ser de este mundo es como existiremos.
¡Quédate en nuestra alegría!
Permanezcan envueltos y acurrucados en nuestra fe.
Demostrará ser tu amor y tu escudo.
Tenemos esto y sé que esto es real, porque he tenido una conversación con el “Gran Espíritu” y ha sido revelado,
Que esto también pasará, porque todo es una ilusión para robar el tejido de nuestras almas colectivas, y eso no va a suceder, solo tenemos que resistir lo que sabemos que no es de Dios y, por lo tanto, no es real.
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