Oh, Divino Creador, Gran Espíritu, Hacedor del Cielo y de la Tierra,
“No pases por mí, oh gentil Salvador, Escucha nuestro humilde clamor; Mientras que en otras llamas, no me pases de largo”.
Este viejo himno parece muy apropiado para las condiciones de nuestro mundo actual. Con incendios que se están cobrando vidas y destruyendo hogares, ¡no sabemos qué hacer! ¡Con hombres en el poder tratando de devorar nuestra vida de calidad y tomar nuestras libertades que son vivificantes y que son, por su ordenación, nuestro derecho de nacimiento! ¡Necesitamos tu intercesión, gracia, amor y cuidado! Vemos las semillas de bondad y sacrificio personal que ustedes plantaron en nuestras almas en el trabajo, como socorristas, buenos samaritanos, personas de liderazgo que están al servicio de la humanidad, dan un paso adelante y arriesgan sus vidas para apagar tanto los incendios que arden en el condado de Los Ángeles, como la turbulencia y la codicia que están asaltando nuestra seguridad en casa y en el escenario mundial.
Necesitamos su apoyo para guiarnos y protegernos del daño y el caos que se está perpetrando contra la humanidad. Te necesitamos en la reconstrucción de nuestras vidas y las vidas de nuestros seres queridos mientras luchamos juntos para dar sentido a lo que está sucediendo en nuestro mundo. Vemos esperanza y sentimos el amor al presenciar cómo nuestra humanidad se está levantando de las cenizas de las agendas y circunstancias que nos han hecho estar envueltos y arrastrados al caos, la confusión y la desilusión que nos han arrastrado a cosas que nos sentíamos impotentes para resolver. ¡Por favor, bendice a las almas que han perecido en estos fuegos! ¡Por favor, traiga consuelo y paz a las familias y amigos que han perdido a sus seres queridos en estos incendios! Sujétalos firmes en tus brazos de amor y ternura para aliviar su dolor y pena.
¡Danos el poder con la fe, la confianza, la perspicacia, la tenacidad y la fortaleza para superar estos desafíos “Gran Espíritu”!
¡Ashé! ¡Ashé! ¡Amén!

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