Siempre parece sorprenderme y tomarme desprevenido cuando escucho o leo en las plataformas de redes sociales las formas negativas e irrespetuosas en que las personas se expresan hacia y sobre otras personas o situaciones. Parece ser una forma aceptable y casi natural de no relacionarse con la gente. La gentileza y suavidad de la estructura de nuestro “Nuevo Orden Mundial” a la que algunos de nosotros nos adscribimos, no está elevando ni honrando el “espíritu humano” de ninguna manera. Casi parece que para algunas personas están usando esta nueva insignia de empoderamiento para degradar y menospreciar a otras personas. Se hace a personas que ni siquiera conocen a nivel personal o incluso profesional. Es solo un desprecio total por cualquier cosa que se parezca a la civilidad, e incluso siento que incluso empaña el respeto de ellos mismos en el proceso.
¡Es desalentador llegar a la conclusión de que en nuestra evolución no estamos evolucionando espiritualmente como una especie, aunque hay algunos de nosotros que estamos tratando desesperada e intencionalmente de impactar al mundo con lo que sabemos que el “Amor” y la “Humildad de Espíritu” pueden producir en nuestras “Expresiones Divinas del Alma”!
Tenemos los ingredientes necesarios en nuestro “Ser” para evolucionar constante y consistentemente. Tiene que haber una voluntad de equilibrar el ego y permitir que los demás sean ellos mismos, dándose cuenta de que no hay lugar para el juicio o hacer que nadie acepte nuestra voluntad o nuestros estándares de “quiénes deberían ser o si lo que tienen o quiénes son son de valor”. Mamá siempre decía: “Si no tienes algo amable que decir, no digas nada en absoluto. ¡Guarda tus pensamientos para ti mismo, de esa manera no lastimarás a nadie más que a ti mismo!”

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