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El ingrediente:

Debes tener claro que esto es vivir una vida feliz, completa, física y emocionalmente saludable.

No puedo empezar a decirte lo importante que es estar física, emocional y espiritualmente sano.  Una de las primeras cosas que les digo a mis estudiantes de magisterio en su primer curso de Desarrollo Infantil es que deben hacer una encuesta sobre dónde se encuentran en estos 3 dominios de su vida, antes de comprometerse a convertirse en maestros.  ¡No es un registro de una sola vez!  Es un ritual continuo que nosotros, como maestros y padres, tenemos que hacer para tener una relación amorosa y funcional con los niños a los que servimos o criamos.  Si les debemos a ellos y a nosotros mismos vivir una vida que esté alineada con nuestra mejor vida y la más alta expresión de nuestra “Identidad Divina” única.

Cuando estamos mal y no nos sentimos bien, es nuestra responsabilidad como maestros tomarnos un día de salud mental y volver a centrar nuestras emociones y bienestar espiritual para que podamos volver a entrar en el entorno con una expresión más saludable y estable de nosotros mismos.  Sabía que tenía 10 días completos de enfermedad al año y me comprometí a tomarme un día al mes cada año para simplemente “cuidarme”.  ¡Tenía la intención de hacer algo especial que me diera la oportunidad de simplemente “respirar”!  Me levantaba y daba un paseo por la playa o salía a desayunar.  A veces me quedaba en la cama y veía programas que no requerían que se activara ninguno de mis procesos de pensamiento.  ¡TODOS necesitamos un “Tiempo en”!  Todos debemos darnos cuenta de que equilibrar y alinear los elementos que impulsan nuestra existencia debe cuidarse y nutrirse. 

Esto no es algo para lo que tengamos que pedir permiso o por lo que tengamos que disculparnos, es algo que se requiere de nosotros para vivir una vida feliz y saludable.  Cuando nos acercamos a los niños, tenemos que estar íntegros, sanos y felices.  Ahora, en términos de felicidad, no estoy diciendo que los niños esperen que estemos en un estado estático fijo de ser todos los días.  Necesitan vernos como nuestro auténtico yo para que sepan que les proporcionaremos un espacio para que estén en plena expresión de quiénes son y que la expresión de su “Identidad Divina” sea respetada y aceptada.  Lo que pasa es que como adultos deberíamos haber crecido en nuestra capacidad de ser conscientes de cómo nos estamos acercando a ellos, y con esa sensibilidad hacemos lo que tenemos que hacer para “Revisarnos a nosotros mismos”. 

El beneficio para los niños cuando podemos autoadaptarnos es que los hace sentir seguros, protegidos y cuidados.  Otra cosa que comparto con mis estudiantes de magisterio es que es muy importante que se conecten con su niño interior, porque eso contiene la “verdad de quiénes son y de lo que son capaces”.  Qué regalo es estar al servicio de los niños porque podemos descubrir más y más sobre nosotros mismos cada día que compartimos con ellos.